Tiempo de valientes

Las personas, con el paso del tiempo: ¿cambian?, ¿evolucionan?, ¿maduran? ó ¿apreden? Quiero pensar que en realidad la fórmula correcta incluye un poquito de todo. Si alguna vez os topáis con un viejo conocido y lo notáis tal y como lo recordábais, es decir, igual de ingenuo y/o igual de inmaduro, hacedle saber que su plan de vida falla, y que debe recapacitar lo antes posible, nadie debería quedarse estancado. Pero también se nos presenta el otro supuesto: el tipo en cuestión sigue igual de maduro e igual de resabiendo, de este directamente olvidaros, si existe es una especie incompatible con la raza humana.

Y a todos esos tipos que solo piensan en ser mejor personas, ¡ánimo!

Y ahora, hablemos de valientes... Según el diccionario, valiente quiere decir: "fuerte y robusto, esforzado" ¿En qué estaban pensando cuando redactaron la definición? Cuatro de cada cinco niños en edad escolar, a la pregunta de "¿quién o qué es fuerte, robusto y esforzado?", responderían: "Carlitos, el niño ese grandote de tercero que juega al rugby y come mucho"

Para mí, hay dos tipos de valientes: los ganadores con una autoestima de aquí a Cádiz y los perdedores inconformes con el papel que les ha tocado desempeñar en esta injusta vida. Yo prefiero a los segundos, porque somos más y tiene más mérito. Un super-héroe, fuerte, robusto y además valiente no tiene gracia, viene en el pack, aburre, es más de lo mismo, progresa adecuadamente; en cambio, un hijo de vecino que puja por lo más grande, dice más, ilusiona.

Por cierto, podría alguién decirme: ¿qué es ser mejor persona? Matamos dos pájaros de un tiro: me ayudáis y además participáis en el blog! ¡que falta hace!