de camino a Felicidad me salté la señal...

De camino a alguna parte me olvidé de todo aquello que le daba sentido a esta mi sufrida marcha. Y aunque me esforcé, y mucho, en recordar las razones de mi tan deseado éxodo vital, no hubo forma de dar con mis tantas veces enmarcadas y embelesadas aspiraciones.

De cuando en cuando me venían a la mente retazos de los tiempos pasados: los buenos tiempos, o al menos los únicos tiempos que realmente me pertenecieron. Poseía un qué, un por qué y un para qué, y con eso bastaba; y tanto empeño puse en el cómo (eso que aún no me pertenecía pero ansiaba añadir a mi lista de éxitos confesos) que de camino a Felicidad me salté la señal y acabé en Objetos Perdidos.

Embestido por la vida y sus avatares cotidianos, César.

Qué bonito es que te dejen patas arriba la trastienda.