3.6.07

revival

El planeta siguiente estaba habitado por un bebedor. Esta visita fue muy breve, pero sumió al principito en una gran melancolía.
-¿Qué haces ahí?- preguntó al bebedor, a quien encontró instalado en silencio, ante una colección de botellas vacías y una colección de botellas llenas.
-Bebo- respondió el bebedor, con aire lúgubre.
-¿Por qué bebes?- preguntóle el principito.
-Para olvidar- respondió el bebedor.
-Para olvidar qué?- inquirió el principito que ya le compadecía.
-Para olvidar que tengo vergüenza- confesó el bebedor bajando la cabeza.
-¿Vergüenza de qué?- indagó el principito , que deseaba socorrerle.
-¡Vergüenza de beber!- terminó el bebedor, que se encerró definitivamente en el silencio.
Y el principito se alejó, perplejo.
Las personas mayores son decididamente muy pero muy extrañas, se decía a sí mismo durante el viaje.
Capítulo XII de El principito de Antoine de Saint-Exupéry.
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